Espiritualidad y Vida Interior

A los jóvenes de la Red Juvenil Ignaciana nos mueve una inmensa fuerza interior creadora y transformadora. Fuerza que proviene de Dios que, en Jesús, nos impulsa desde lo más profundo del interior a compartir la vida con y por los otros y otras. Nos mueve también los desafíos a los cuales hoy nos lanza la Iglesia, la cual sabe reconocer en los jóvenes auténticos signos de esperanza del presente y del futuro.

Nos mueve a su vez la invitación del Evangelio. El cual nos llama a sentirnos hermanos, a vivir la vida con alegría, a no encerrarnos en el cuarto oscuro y árido de la indiferencia. Como jóvenes descubrimos en la Espiritualidad Ignaciana un camino apasionante que nos lleva a encontrarnos con nosotros mismos y, en esa conciencia de lo que somos, nos convoca a sentir que nuestra vida tiene mayor sentido en la medida en que asumimos como opción de vida  el servicio y la entrega generosa de la vida.

Buscamos y encontramos a Dios en el arte y sus infinitas expresiones, también en la sensibilidad social y política que nos llama a no conformarnos con las lógicas de injusticia y corrupción. Sentimos a Dios en el mundo virtual y digital que nos conecta y posibilita expresar nuestras iniciativas, inconformidades, lo que nos asombra y lo que nos causa dicha y emoción. Creemos en una fe que nos desacomoda, una fe plural, una fe que nos lleva a reconocer nuestra dignidad la cual nos compromete a la reconciliación y la paz.